Jueves 16 de noviembre de 2006
Argumentan que "no sirven" los certificados de propiedad de los campesinos
Autoridades y caciques de Río Verde buscan despojar de sus tierras a ejidatarios
En Linares, Nuevo León, policías estatales tomaron 405 hectáreas "a la malagueña"
Río Verde, NL, 15 de noviembre. Una cadena de complicidades de funcionarios y caciques locales está por despojar de sus tierras a los campesinos de este ejido, en el municipio neoleonés de Linares, mediante amenazas y maniobras que abrigan la intención de construir una aeropista, que rápidamente evolucionaría a aeropuerto. Como en Atenco y Tizayuca, la gente estorba los altos designios del poder.
El ejido rioverdeño entró en conflicto con las autoridades en 2001, cuando se iniciaron las presiones para que "soltaran" sus tierras, pues sus certificados parcelarios "no servían", según las autoridades agrarias en complicidad con la municipales. En reunión con el delegado Zero, y presidida por el delegado municipal don Toñito Rivera Gámez, buena parte de los 86 ejidatarios originales, y sus mujeres, expusieron con exaltación y espíritu de lucha la situación que genera ese insostenible desconocimiento de sus derechos.
"Hemos dado la batalla pacífica y legal, y vamos por buen camino", sostienen los campesinos, no obstante que 26 de ellos ya entregaron sus títulos "inservibles", a cambio de 10 mil pesos, mediante procedimientos abusivos e inmorales como amedrentar ancianas, viudas y mujeres solas, o recurrir al engaño. Los ejecutores directos son Fernando Adame Doria y Francisco Macías, autoridades municipales, y el cacique regional Juan Francisco Livas Cantú.
En días pasados, un predio de 405 hectáreas fue tomado "a la malagueña", según expresión del maestro que condujo el acto esta tarde en un solar de la comunidad, por más de 20 patrullas de policías estatales, municipales, fiscales y rurales, dejando encerrado un hato de ganado que peligra morir de sed. Los ejidatarios han logrado un amparo federal, pero el interés del gobierno estatal es grande. Además del aeropuerto se habla de recursos en el subsuelo.
Los campesinos aprovecharon para rechazar el yugo impuesto por el TLC, que hizo que Linares dejara de ser la región citrícola, pues se pasó a proteger los productos y precios estadunidenses. Hablan don Crucito, don Lupito Luna, doña Guillermina, doña Paulita. La condena es generalizada a programas oficiales como Alianza para el Campo y Procampo; de este último acusan que mientras los amigos de los caciques los reciben aún sin tener tierras, a los verdaderos campesinos se les condicionan y limitan hasta el absurdo. Tras criticar a los presidentes Vicente Fox y Ernesto Zedillo, un rioverdeño comenta: "No sé qué programas traerá Felipe Calderón. Supongo que serán para cortarnos el pescuezo".
Comentan que la reunión debió ser más concurrida, pero las autoridades municipales esparcieron rumores de que "correría sangre" y "habría tres o cuatro muertos". Cerca de un centenar acudieron de cualquier manera, y hacia el final eran muchos más, de ejidos vecinos.
La otra campaña había iniciado sus actividades en este estado con una reunión de adherentes en el municipio de Apodaca, conurbado con Monterrey, en la denominada Casa del Doctor Margil, donde se fundó el grupo clandestino originario que con el tiempo devendría Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y hoy es sede de una asociación civil dedicada a actividades culturales asociadas al zapatismo.
Las numerosas participaciones resultaron una suerte de desfile de desolaciones, si no individuales, sí minoritarias en el contexto regiomontano, muy conservador y de orientación empresarial, lo cual equivale a un predominio de la visión del patrón más aguzada que en cualquier otra parte del país. Donde revisten especial marginalidad las mujeres gay, los periodistas libres, los maestros universitarios democráticos, la disidencia magisterial de la sección 50 del SNTE, rabiosamente elbista.
En una entidad donde gobierno y empresas son tradicionalmente indistinguibles, los desastres ambientales en la zona metropolitana son crecientes y graves, y la presencia del narcotráfico se ha vuelto tan poderosa que alguien llamó a Monterrey "la mayor 'lavandería' del país", por la cantidad de recursos de dudosa procedencia que participan en la economía local. También se ha convertido en escenario de una "guerra de cárteles" donde caen jefes policiacos.
En Apodaca, donde se efectuó el encuentro, las autoridades han decretado un toque de queda nocturno, presuntamente debido al pandillerismo, pero que la otra campaña en Nuevo León ha denunciado ya como una medida represiva y autoritaria que afecta en especial a los jóvenes con el uso discrecional y abusivo de la fuerza policiaca. Este sector insistió hoy en las difíciles condiciones en que viven quienes apuestan por una vida "diferente", por la creatividad alternativa, por salir de la aplastante cultura consumista.
En Monterrey todo es mercancía: salud, educación, cultura. La especulación inmobiliaria lleva al despojo programático de la propiedad ejidal de los municipios circundantes. ¿Por qué en este panorama genera mayor organización? En ese tenor, el delegado Zero propuso a este coro de inconformidades pasar de lo individual a la acción colectiva.
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