lunes, octubre 30, 2006

Carta del Compa Vasco Pablo a la APPO

Estoy conmovido con lo que está pasando en Oaxaca. Cuando viajé a México en junio estuve un par de días allí y pude ver la fuerza y la honradez del movimiento. Y su extensión. Hablando con maestros oaxaqueños pude admirar su valentía y su perseverancia.

Sé que han hecho lo que han podido. Es triste que se tengan que retirar sin haber conseguido que Ulises Ruiz se marchara, pero entiendo que tal y como estaban las cosas sólo había dos alternativas: la retirada o la masacre. Las autoridades mexicanas no han tenido ningún problema en ocasiones anteriores en reprimir a lo bestia, sin contar los muertos.

La autoinmolación es algo que se puede dar, pero no se puede pedir. Mi corazón está ahora con los miles de hogares tristes en Oaxaca, con las decenas de miles de maestros, con todo el pueblo de Oaxaca. Si el gobernador tuviera una ínfima parte de la dignidad de uno solo de ellos, ya se habría largado. Me siento con ellos y estoy hoy triste. No han perdido una batalla, la hemos perdido todos. ¿Ganaremos la guerra? No lo sé, pero hoy quiero dejar claro y por escrito mi admiración y mi reconocimiento a los luchadores de Oaxaca.
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Pablo

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