Al Pueblo de México
A la Sociedad Civil Nacional e Internacional
A los Medios de Comunicación Alternativos e Independientes
A las Organizaciones de Derechos Humanos
Al Congreso de la Unión
Al Sr. Felipe Calderón Hinojosa /Presidente de México
Al Sr. José Córdoba Villalobos /Secretario de Salud
Los abajo firmantes, hombres, mujeres, niños, niñas, trabajadores, estudiantes, maestros, médicos, enfermeras y pueblo en general cansado de tanta injusticia, nos pronunciamos por la NO REUBICACIÓN del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro por las siguientes razones:
- El Hospital Psiquiátrico Infantil (HPI) es el ÚNICO hospital en México que atiende a niños y niñas (de 6 meses a 18 años) con trastornos mentales como: autismo, retraso mental, depresión, ansiedad, bipolaridad, intentos suicidas, esquizofrenia, psicosis, abuso de substancias, trastornos de conducta, anorexia, bulimia, estrés postraumático, abuso sexual, entre otros.
- El HPI atiende a una gran cantidad de niños y niñas en condiciones de pobreza, que no encontrarían en otros espacios de salud la atención especializada que requieren y que actualmente se les brinda en este hospital.
- Nos oponemos a la reubicación porque el lugar donde quieren trasladar el HPI eran antiguas oficinas que no cumplen con las normas de salud mexicanas de infraestructura para este tipo de hospitales, como: segundo y tercer piso, ventanas y puertas de vidrio en lugar de mica, aulas y pasillos que crean espacios ciegos, tuberías y escaleras, entre otros factores que son de alto riesgo para los niños y niñas con trastornos mentales como esquizofrenia, intentos suicidas o depresión. Pues este tipo de construcción permite que en dado momento los pacientes puedan hacerse daño a sí mismos o a los demás debido al tipo de construcción antes mencionado. Además, en las instalaciones impuestas, no hay elevador para pacientes que necesitan ser cargados, ni calderas para preparación de alimentos, lavado de sábanas y agua caliente.
- Porque consideramos que con el pretexto de reubicación en realidad lo que se quiere es desaparecer el HPI, pues de 120 camas con las que hoy cuenta el hospital, la propuesta de la Secretaría de Salud es reducir ésta atención a 30 camas. De esta manera se reduce no sólo el servicio de hospitalización, se reduce también el presupuesto y el personal asignado para este hospital. Lo anterior resultaría un crimen en un país cuyo contexto económico y social actual requiere más que nunca el incremento de la atención en servicios de salud mental no sólo a la infancia mexicana, sino a la población en general, pues en la situación de desigualdad económica y social que impera en nuestro país, los padecimientos y crisis emocionales van en aumento, no en decremento.
- Porque los beneficiados con la reubicación del HPI serían las empresas tabacaleras que en el año 2004 establecieron un convenio por 4 mil millones de pesos para la construcción y ampliación de hospitales en tratamientos médicos de mujeres con cáncer cervico uterino y leucemia infantil, entre otros (La Jornada, 01 junio 2007), con el fin de “resarcir” el alto incremento en los índices de muerte por tabaquismo.
De esta manera la SSA recibe de las tabacaleras un peso por cada cajetilla de cigarros vendida, generando al mismo tiempo, una enorme ganancia para estas empresas, pues las aportaciones que realizan se hacen vía deducción de impuestos, sin que la SSA haga o diga nada al respecto.
- Porque donde quieren construir esta moderna unidad de oncología es en el HPI, violentando de manera impune e impositiva el fundamental derecho que tienen los niños y niñas a la salud. Pues NO se puede enunciar el derecho a la salud que tienen los pacientes con cáncer quitándoles, al mismo tiempo, ese mismo derecho a los niños y niñas con padecimientos psiquiátricos.
- Porque sabemos que lamentablemente el tratamiento del cáncer representa gastos considerables para el paciente y sus familias. Es decir, deja más utilidades el tratamiento del cáncer, que los tratamientos psiquiátricos; lo cual implica para el gobierno neoliberal que tenemos, un gasto en lugar de las ganancias que desearían tener.
- Porque para el gobierno mexicano la niñez mexicana, pobre y con trastornos mentales, son un “desecho de la sociedad” de acuerdo a lo declarado por el Director de Hospitales Federales de Referencia, Bernardo Bidart Ramos, a los padres de familia (La Jornada 18 de Julio 2008).
- Porque sabemos que esta es la manera en que el gobierno federal se deslinda de su responsabilidad y permite la libre entrada de la empresa privada en asuntos que deberían competir sólo al Estado. Dejando la atención de la salud mental infantil en manos de la iniciativa privada (Teletón) que desde una visión caritativa y asistencialista seguirán lucrando con la infancia vulnerable deduciendo muchos impuestos.
- Porque los niños y niñas tienen prioridad de atención en todo sentido, antes que los adultos, de acuerdo a Convenios Nacionales e Internacionales firmados y ratificados por el gobierno mexicano desde 1990 (como el Interés Superior de la Infancia en la Convención de los Derechos del Niño).
- Porque el HPI es patrimonio de la Nación y un precedente histórico en la atención de la salud mental infantil, así como formador de especialistas en el área, no sólo en México, sino en América Latina.
Por estas y más razones EXIGIMOS:
- LA NO REUBICACIÓN DEL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO INFANTIL, Juan N. Navarro, y
- DEMANDAMOS LA REMODELACIÓN de este mismo hospital, para que se convierta en un nosocomio digno para la infancia mexicana, pues las actuales condiciones de abandono en las que se encuentra, sólo habla del desprecio y olvido con que se trata a uno de los sectores más vulnerables y olvidados por el gobierno de este país.
¡Por una atención en salud digna, moderna, suficiente, funcional e integral, para los niños y niñas de México!
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miércoles, noviembre 19, 2008
EUA Contra Bolivia
EE.UU: orquestando un golpe cívico en Bolivia
Roger Burbach
ALAI AMLATINA, 18/11/2008, Berkeley.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, se desplazó a Estados Unidos para intervenir ante las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, con referencias al reciente intento de golpe de Estado de EE.UU. contra su gobierno. El periplo incluye una reunión con miembros del Congreso para tratar sobre "la peor crisis diplomática" en la historia de los dos países, con miras a poder abrir un diálogo para normalizar las relaciones, una vez que el Presidente electo Barak Obama asuma el cargo. A continuación se relata la historia de los esfuerzos de EE.UU. en los últimos tres años para derrocar a Morales.
Entre los presidentes electos democráticamente en América Latina, Evo Morales es el de última data que se ha convertido en blanco de un complot estadounidense para desestabilizar y derrocar su gobierno. El 10 de septiembre de 2008, Morales expulsó al embajador de los EE.UU. Philip Goldberg, porque estaba "conspirando contra la democracia y buscando la división de Bolivia".
Los observadores de la política de Estados Unidos hacia América Latina tienden a considerar que la crisis en las relaciones entre EE.UU. y Bolivia responde a una política de descuido y torpeza hacia América Latina, debido a su participación en las guerras en el Medio Oriente y Asia Central. Al contrario, el intento de golpe en Bolivia fue una política consciente basada en la hostilidad estadounidense hacia Morales, su partido político Movimiento Al Socialismo (MAS) y los movimientos sociales que están alineados con él.
"La Embajada de EE.UU. históricamente está acostumbrada a dictar su voluntad en Bolivia, con violaciones a nuestra soberanía, tratándonos como una república bananera", dice Gustavo Guzmán, quien fue expulsado como embajador de Bolivia en Washington, luego de la expulsión de Goldberg. En 2002, cuando Morales perdió por estrecho margen su primer intento de llegar a la Presidencia, el embajador de EE.UU. Manuel Rocha hizo una campaña abierta en su contra, y amenazó: "si eligen a aquellos que quieren que Bolivia se convierta de nuevo en un gran exportador de cocaína, ello pondrá en peligro el futuro de la ayuda de EE.UU. a Bolivia".
Poco después de su toma de posesión como presidente, Morales recibió una llamada de George Bush, quien ofrecía ayudar a "llevar una vida mejor a los bolivianos". Morales pidió a Bush que reduzca las barreras comerciales para los productos bolivianos, y sugirió que visite el país. Bush no respondió.
El Subsecretario de Estado, Thomas Shannon, el más alto oficial de EE.UU. que asistió a la toma de posesión de Morales, anunció su voluntad de diálogo con Morales. En la práctica, lo que vino después fueron casi tres años de altercados diplomáticos, al tiempo que EE.UU. proporcionaba asistencia directa y encubierta al movimiento de oposición ubicado en los cuatro departamentos orientales conocidos como "La Media Luna", donde se había iniciado una ofensiva por la autonomía regional, poco después de que Morales asumió el cargo.
La administración Bush ha seguido una política de doble filo, similar a la estrategia que ese país empleó para derrocar al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende en Chile, en 1973. Las negociaciones diplomáticas iniciadas por Shannon se centraron casi exclusivamente en las diferencias políticas en torno a las drogas, en el curso del cual la administración Bush amenazaba constantemente con retirar o reducir la asistencia económica y las preferencias comerciales, si Bolivia no cumplía con la política estadounidense de erradicación y penalización de la coca. Al mismo tiempo, a través de su embajada en La Paz y la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), EE.UU. financiaba las fuerzas políticas opuestas a Morales y al MAS. El Drug Enforcement Administration (DEA) de EE.UU., con 37 agentes en el país, parece haber actuado como la CIA, recopilando inteligencia y participando en operaciones políticas clandestinas con la oposición.
La intervención se hizo evidente desde el inicio de la administración Morales, con las primeras actividades de USAID a través de la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI). Luego de que Morales asumió el cargo, documentos de la USAID registran que la OTI se propuso "prestar apoyo a los gobiernos regionales incipientes". En total, la OTI canalizó 116 subsidios por US$ 4'451,249 "para ayudar a los gobiernos departamentales a operar más estratégicamente." En un esfuerzo por establecer vínculos políticos útiles, la OTI también llevó a prefectos departamentales para reunirse con gobernadores de EE.UU.
El National Endowment for Democracy (NED), fundado como un instituto semi-público durante los años de Reagan, ha sido particularmente activo en Bolivia. Financia a varios grupos y organizaciones, con un claro sesgo político, entre ellos el Instituto de Investigación y Capacitación Pedagógica y Social. El Instituto se opuso a Morales en las elecciones de 2005, declarando en un informe sumario presentado a la embajada estadounidense que Morales y el MAS son una "oposición anti-democrática y radical" que no representan a la mayoría. El apoyo de NED a las actividades del Instituto continuó en 2006, luego que éste presentó un informe en el cual hablaba de su intención de "contribuir a mejorar el desarrollo municipal a través del monitoreo social eficiente y eficaz".
A finales de 2007, la Embajada de EE.UU. comenzó a movilizarse más abiertamente y a reunirse con la oposición de extrema derecha en la Media Luna. El Embajador Goldberg fue fotografiado en Santa Cruz junto con un magnate empresarial destacado, partidario del movimiento de autonomías, y un conocido narcotraficante colombiano quien había sido detenido por la policía local. Morales, cuando reveló la foto, dijo que el traficante estaba vinculado a organizaciones paramilitares de derecha en Colombia. Como respuesta, la embajada de EE.UU. afirmó que no podía revisar los antecedentes de cada persona que aparezca en una foto con el embajador.
Luego, en enero de 2008, se detectó que la Embajada estaba dando ayuda a una unidad especial de inteligencia de la policía boliviana. La embajada justificó su asistencia al decir que "el gobierno de EE.UU. tiene una larga historia de ayuda a la Policía Nacional de Bolivia en diversos programas". Las relaciones EE.UU.-Bolivia tuvieron un nuevo remezón en febrero, cuando se reveló que voluntarios del Cuerpo de Paz y un becario Fulbright habían sido presionados por un oficial de la embajada para que vigilen a venezolanos y cubanos en el país. Este hecho violaba los estatutos del Cuerpo de Paz, que prohíben todo tipo de actividades de inteligencia por parte de los voluntarios.
Cuando la Asamblea Constituyente inició la votación sobre el proyecto final de la Constitución, en diciembre de 2007, la oposición tomó las calles en forma violenta y ocupó los principales edificios públicos en Sucre, exigiendo la renuncia del "indio de mierda Morales." Fue entonces que los dirigentes políticos y las organizaciones empresariales en Santa Cruz y otras ciudades de la Media Luna comenzaron a llamar abiertamente a la autonomía y a la secesión del gobierno central boliviano.
Al mismo tiempo, la administración Bush comenzó a utilizar el arma de la ayuda para demostrar su apoyo a los comités cívicos opuestos al Gobierno. La Millennium Challenge Corporation (MCC), creada en 2004 como un organismo del gobierno estadounidense "para trabajar con algunos de los países más pobres del mundo", había estado a punto de aprobar un fondo de US$ 584 millones para financiar la construcción de una gran carretera para unir el norte de Bolivia con el resto del país, así como para realizar inversiones en proyectos agrícolas.
Sin embargo, en una carta dirigida a Morales, en diciembre de 2007, la MCC afirmó que, si bien "reconoce el rendimiento de su país de acuerdo a nuestros 17 indicadores... el estado actual de las relaciones EE.UU.-Bolivia no es consistente para una asociación de trabajo de este tipo". Otro informe de la MCC fue aún más directo: El proyecto "se aplazó a causa de condiciones adversas, incluyendo los disturbios en torno al proceso de la Asamblea Constituyente".
Cuando los Comités Cívicos comenzaron a sembrar la inestabilidad económica, parecido a lo operado en Chile a inicios de los 70, Estados Unidos estuvo involucrado abiertamente en la organización de esta rebelión. El Embajador Goldberg viajó a Santa Cruz el 25 de agosto para reunirse con Rubén Costas, el principal opositor de Morales y prefecto de Santa Cruz, quien se convirtió en el líder de facto de los prefectos rebeldes y del movimiento de autonomía en general. Apenas Goldberg se había ido, Costas se declaró "gobernador" del departamento autónomo de Santa Cruz, y ordenó la toma de las oficinas gubernamentales, incluidas las que recaudan los impuestos. Fue esta visita a Costas que Morales citó como la razón para declarar al Embajador Goldberg "persona non grata", el 10 de septiembre.
Haciendo caso omiso de la Declaración unánime de los doce gobiernos de UNASUR (septiembre), que expresaron su pleno y decidido apoyo al gobierno constitucional del presidente Evo Morales, el Presidente Bush agudizó el conflicto la semana siguiente con la suspensión de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas, afirmando que "Bolivia no ha cooperado con los Estados Unidos en los importantes esfuerzos para luchar contra el tráfico de drogas”.
La Secretaria de Estado Condoleezza Rice señaló que "no hubo ningún examen ideológico para la cooperación y la amistad con EE.UU." que haya llevado al recorte del acuerdo comercial con Bolivia. Esta declaración fue una mentira diplomática: para el año 2006, el primer año de Morales en el cargo, la Oficina de Políticas Nacionales de Control de Drogas de EE.UU. informó que el cultivo de coca "estadísticamente no registro cambios en comparación con la estimación de 2005". Para 2007, la ONU informó de un aumento de sólo un 5 por ciento en el cultivo de coca. Estos datos, sin embargo, contrastan con Colombia, que registró un aumento de los cultivos de coca en un 27 por ciento, no obstante la fuerte alianza del gobierno colombiano con EE.UU. en los esfuerzos de erradicación de coca.
Luego, el 1 de noviembre, Morales soltó una bomba con el anuncio de la suspensión indefinida de las actividades de la Drug Enforcement Administration de EE.UU. en Bolivia, y la expulsión de los 37 agentes de la DEA del país. Morales declaró que agentes de la DEA habían llevado a cabo actividades de espionaje político, incluida la financiación de grupos de delincuentes. Identificó un agente clave de EE.UU. involucrado en estas actividades: Steven Faucette, el agente regional de la DEA en Santa Cruz, que en una misión diplomática de la Embajada de EE.UU. habría realizado viajes a Trinidad y Riberalta (ciudades de la Media Luna en las provincias de Beni y Pando, respectivamente), con el objetivo de financiar a los Cívicos que buscaban llevar a cabo un golpe cívico.
Morales reveló asimismo que un avión con registro norteamericano llamado Super King había volado a los aeropuertos de la Media Luna sin registro de planes de vuelo ni notificación de la carga, que trasbordó a vehículos al aterrizar en la pista, en clara violación de la soberanía nacional. La inteligencia boliviana también descubrió siete casas de seguridad operadas por EE.UU. que llevaban a cabo actividades de espionaje político, incluyendo la vigilancia telefónica de autoridades políticas, policiales y militares.
La DEA y sus 37 agentes fueron expulsados del país. El gobierno boliviano consignó lo que equivale a un arsenal militar de la DEA, incluyendo aviones, barcos, vehículos de transporte terrestre, equipos de comunicaciones y mil ametralladoras M-16.
El golpe cívico ha fracasado. Sin poder recurrir a la embajada de EE.UU., la oposición está en desbandada, y el principal partido de derecha dividido en cuatro fracciones. El referendo sobre la Constitución será probablemente aprobado por un amplio margen. Evo ha convocado a los movimientos sociales y al país a romper con la dominación histórica de EE.UU. sobre Bolivia. Con su viaje a Washington DC, Morales espera abrir un diálogo con la administración del próximo gobierno del presidente electo Barack Obama, quien podría dar paso a un restablecimiento pleno de las relaciones comerciales, al reconocimiento del derecho de Bolivia a determinar sus propias políticas sobre las drogas, la reforma agraria y la nacionalización del gas, y al respeto mutuo entre las dos naciones.
Fuente : ALAI - AmLatina
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Caso Brad Will - ¿Puedes Firmar Esta Carta?
Con rabia y tristeza vemos cómo los gobiernos de Felipe Calderón y Ulises Ruíz, vía la PGR, desafían la inteligencia de la gente honesta de México y el mundo. Al tergiversar el caso del asesinato del reportero Estadounidense Brad Will en Oaxaca, en 2006, confirman la desconfianza hacia las instituciones encargadas de brindar seguridad y justicia a los ciudadanos. Es alarmante ser testigo de éstos tiempos oscuros que se viven en México cuando quienes asesinan, reprimen y hostigan son a quienes "la ley" solapa.
Los arrestos de Octavio Pérez Pérez, Juan Manuel Martínez Moreno y Hugo Colmenares Leyva y el dictamen de formal prisión contra de Miguel Cruz Moreno, demuestran la consigna de las autoridades: cacería de inocentes, aunque se cuente con sobradas pruebas de los verdaderos culpables del asesinato: Abel Santiago Zárate, Orlando Manuel Aguilar Coello, Juan Carlos Soriano, Pedro Carmona y Fernando Corona.
Ante la descarada persecución a la resistencia y rebeldía del pueblo oaxaqueño, los firmantes demandamos:
1. Libertad inmediata para Juan Manuel Martínez Moreno y demás presos políticos de Oaxaca, Atenco, Chiapas y todo México;
2. Cancelación inmediata del dictamen de prisión contra Miguel Cruz Moreno y cese del hostigamiento a los demás testigos;
3. Investigaciones imparciales y honestas en el caso del asesinato de Brad Will y castigo a los verdaderos culpables.
Para sus adhesiones favor de contactar el siguiente correo electrónico:
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martes, noviembre 18, 2008
EZLN : Más Que Un Aniversario
Magdalena Gómez
EZLN: más que un aniversario
Oficialmente se cumplieron 25 años del inicio de un proceso que aparecería ante la nación y el mundo el primero de enero de 1994. Ese día el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tomó militarmente siete cabeceras municipales en el estado de Chiapas, en el sureste mexicano.
En sus primeras proclamas, el EZLN anunciaba: “Hemos empezado la lucha que necesitamos hacer para alcanzar demandas que nunca ha satisfecho el Estado mexicano: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. Todo ello se concretó en la propuesta de reconocimiento a la autonomía indígena de los históricos acuerdos de San Andrés. Qué decir de ello a estas alturas, cuando ha quedado clara la negativa oficial a ampliar la mira en sus conceptos de libertad, democracia, justicia y paz, así como también es más que evidente que no han caminado por el lado de los derechos económicos sociales y culturales de mexicanos y mexicanas indígenas y no indígenas.
Mucho se ha escrito sobre la historia de una organización que dejó de lado su estructura militar para apostarle de lleno a la vía política, y ello a pesar de las constantes provocaciones y agresiones que ha sufrido del Estado y sus aliados locales en Chiapas con tintes paramilitares. Hoy sólo habría que recordar que ese rumbo, el político y pacífico, fue “mandatado” por la masiva participación de la sociedad civil que logró el cese al fuego en ese histórico mes de enero de 1994.
Pero ya traía elementos el Ejército Zapatista de Liberación Nacional para dar el histórico giro hacia la política. Según testimonios recopilados en el libro 20 y 10: el fuego y la palabra, de Gloria Muñoz Ramírez (Ediciones La Jornada, 2003), entre 1983 y 1994 el EZLN dedicaría sus principales esfuerzos a una paciente organización interna. El encuentro entre la tradición marxista-leninista con “una realidad que no puede explicar, de la que no puede dar cuenta y con la que tiene que trabajar” sería relatado por el subcomandante Marcos, vocero de la organización, como “la primera derrota, la más importante y la que lo marcará de ahí en adelante”.
Así se empieza a dar el proceso de transformación del EZLN: de un ejército de vanguardia revolucionaria a un ejército de las comunidades indígenas; un ejército que es parte de un movimiento indígena de resistencia dentro de otras formas de lucha. Cuando el EZLN se imbrica con las comunidades, pasa a ser un elemento más dentro de toda esa resistencia, se contamina y es subordinado a las mismas. Las comunidades se lo apropian y lo hacen suyo, “lo colocan bajo su férula”. Producto de esa derrota, “el EZLN empezó a crecer geométricamente y hacerse ‘muy otro’, o sea que la rueda –que era bastante cuadrada– siguió abollándose hasta que, al fin, fue redonda y pudo hacer lo que debe hacer una rueda, es decir, rodar”.
Después del fiasco foxista con la contrarreforma indígena de 2001, el EZLN anunció en 2003 el nacimiento de los caracoles y la creación de las juntas de buen gobierno, que proponen “mandar obedeciendo”. Estas instancias cuentan con delegados revocables que trabajan sin salario y se encargan de tareas de representación y administración de justicia, además de coordinar con las demás juntas el sistema político autónomo zapatista, que territorialmente coexiste en muchas ocasiones con el sistema político y las demás instituciones sociales del gobierno, e impulsa diversos proyectos, entre los que se destacan emprendimientos agroecológicos, de comercialización de café y productos textiles, proyectos autónomos de salud, educación y comunicación popular. Las autonomías, como bien sabemos, tienen otras expresiones en el resto del país.
Una iniciativa nacional, que tuvo su muy aguda polémica en 2006, fue en relación con la postura que aumió frente a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Pero historias, encuentros, desencuentros y aniversarios aparte, importa destacar el panorama actual del país, cuyos rasgos explican las nuevas rutas del zapatismo y el movimiento social.
Hoy contamos con un gobierno federal carente de legitimidad y con una legalidad cuestionada, marcada por la continuidad en las políticas neoliberales que ha impulsado iniciativas “estructurales” que el foxismo no logró colocar. Es el caso de las reformas a la Ley del ISSSTE y las relativas al petróleo, que han concitado amplias movilizaciones sociales y políticas ante las cuales el calderonismo sólo apuesta a la criminalización.
Junto con todo ello se embarcó al país entero en la guerra contra el narcotráfico, con saldos peligrosos que impactan al conjunto de la sociedad. En los informes oficiales respecto a conflictos destaca la ausencia de mención a Chiapas, menos aún al EZLN, que busca dar cauce a la indignación que se comparte en amplios sectores sociales.
Fuente : La Jornada
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El Horizonte Zapatista
Luis Hernández Navarro
El horizonte zapatista
“Ya se mira el horizonte”, dice la primera estrofa del himno zapatista. Ese horizonte no es un destino lejano o inalcanzable. No es una idea abstracta. Al menos en parte, las comunidades en rebeldía del sureste mexicano lo han convertido en un hecho real.
Este lunes 17 de noviembre se cumplieron 25 años de la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Dos décadas y media de una experiencia que ha transformado la política y la sociedad mexicana y que ha inspirado de múltiples formas al archipiélago altermundista que en multitud de países lucha por otro mundo.
El zapatismo ha construido una de las experiencias autogestionarias más profundas y renovadoras de cuantas se hayan gestado en América Latina: la Comuna de la Lacandona. A pesar del cerco militar y la ofensiva económica en su contra, las comunidades en rebeldía se han dado a sí mismas formas de autogobierno estable, viven conforme a sus normas y se han hecho cargo de su propio desarrollo.
Lejos de desgastarse con el tiempo, el paso de los años consolida y profundiza su laboratorio de futuro alterno y de otra política. La autonomía es aquí no sólo una propuesta o una reivindicación política, sino un hecho práctico, una experiencia sistematizada; es pensamiento con los pies en la tierra.
Esa hazaña de resistencia rebelde es referencia y estímulo para millones de indígenas en todo el país. Es una demostración de que la autonomía de facto es posible. Es la evidencia de que hay quienes no se rinden ni se venden.
Durante 15 años, cuatro administraciones federales y seis estatales han destinado multimillonarios recursos para contener y acabar con el zapatismo. No han podido hacerlo. A pesar de que han gastado miles de millones de pesos en obras públicas, proyectos productivos, despensas y dinero en efectivo para comprar voluntades, no han podido apagar la llama de la dignidad indígena. Los alzados no aceptan un solo peso de los gobiernos.
El dinero gubernamental ha ido de la mano del garrote. El acoso policiaco-militar en contra del levantamiento no cesa. El Ejército Mexicano mantiene acuartelados en la zona rebelde a miles de hombres. Los patrullajes son constantes. Sin embargo, ni esa presencia ni la de las distintas policías han logrado desarticular la resistencia.
Entre las consecuencias inmediatas que el levantamiento zapatista tuvo para el movimiento social se encuentra haber construido una visión de lo que es posible alcanzar en la lucha, mucho más amplia del existente hasta 1994. El margen de acción estatal es menor, y las concesiones que debe hacer a las organizaciones, mayores. Aunque no siempre lo sepan ni lo aprovechen, los movimientos independientes tienen hoy un espacio mucho más amplio para su desarrollo.
Desde 1994, cuando se instaló la Convención Nacional Democrática, los zapatistas han convocado diversas iniciativas para organizar y dar cauce al descontento nacional. En la mayoría de los casos han propuesto que sean otros quienes las encabecen. Hasta la otra campaña, ninguna tuvo éxito: naufragaron en medio de las disputas internas por el poder de las distintas personalidades y corrientes de izquierda. La otra campaña espera aún su gran prueba de fuego. Sigue pendiente la difusión de un programa nacional de lucha y la demostración de hasta dónde llegaron a cuajar las redes de solidaridad y acción que se construyeron en el camino.
Los zapatistas mantienen grandes simpatías en el mundo indio, entre jóvenes, campesinos pobres y colonos urbanos. En cambio, el apoyo de que disfrutaron entre importantes capas del mundo intelectual se ha desvanecido. La solidaridad que alguna vez tuvieron de franjas amplias de la izquierda partidaria se ha trocado en franca animadversión. Muchas de las ONG que alguna vez estuvieron cerca de su causa se han alejado.
El levantamiento de 1994 reanimó y estimuló la formación de importantes movimientos sociales reivindicativos y opositores. Durante años el EZLN fue un catalizador de protestas sociales de muy distinto signo fuera de su área de influencia directa. Hoy esa función parece haber llegado a su fin. Los zapatistas parecen haber privilegiado la construcción de sus propias fuerzas. Movimientos políticos y sociales relevantes fuera de su órbita de ascendencia no han merecido de su parte expresiones explícitas de solidaridad.
Los zapatistas han trazado muy claramente una línea de separación entre sus amigos y quienes no lo son, incluidos muy importantes actores de izquierda. Una parte importante de sus antiguos aliados del pasado han dejado de serlo por diversas razones. El comportamiento de los legisladores el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la aprobación de ley indígena, las reiteradas prácticas represivas del gobierno perredista de Chiapas y la presencia de connotados caciques en sus filas han cerrado las puertas a cualquier colaboración con la clase política que se reclama progresista. Aunque denunciaron el fraude de que fue objeto, los zapatistas se deslindaron muy claramente de la campaña electoral de Andrés Manuel López Obrador y no fijaron una posición pública sobre el movimiento en defensa del petróleo.
Las difíciles condiciones de su lucha y la disciplina militar con la que actúan los lleva, en ocasiones, a juzgar severamente a muchos de sus amigos y aliados. La enorme complejidad de la lucha social en el país no ha sido siempre registrada en sus decisiones políticas.
Como ha sucedido reiteradamente desde 1994, hay quienes ahora aseguran que los rebeldes han dejado de tener impacto en el país. La experiencia muestra que quienes afirman esto se equivocan. Los rebeldes han regresado al centro de la política nacional con éxito, una y otra vez. Si bien algunas de sus definiciones políticas puedan haber sido equivocadas, cuentan con un capital ético enorme, que les otorga credibilidad y capacidad de convocatoria.
El zapatismo representa una ruptura formidable con los viejos modos de hacer política, que, a pesar del paso de los años, conserva su frescura. A 25 años de fundado el EZLN, su horizonte está aquí y seguirá haciéndose sentir.
Fuente : La Jornada
lunes, noviembre 17, 2008
EZLN - 25 Años de Resistencia
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
(Los Nadies,Eduardo Galeano)
Fuente : Contraimpunidad
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